Limosna no es compartir.

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de los Pobres 2021: Limosna no es compartir.

Quienes no reconocen a los pobres traicionan la enseñanza de Jesús y no pueden ser sus discípulos, pues el rostro que nos revela es el de un Padre para los pobres y cercano a los pobres, aseguró el Papa Francisco.
 
El Santo Padre publicó su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que se celebra el 14 de noviembre, y nos recuerda que ellos son ‘verdaderos evangelizadores’, pues fueron los primeros en ser evangelizados y llamados a compartir la bienaventuranza del Señor y su Reino.
 
“Jesús no solo está de parte de los pobres, sino que comparte con ellos la misma suerte. Esta es una importante lección también para sus discípulos de todos los tiempos. Sus palabras «a los pobres los tienen siempre con ustedes» también indican que su presencia en medio de nosotros es constante, pero que no debe conducirnos a un acostumbramiento que se convierta en indiferencia, sino a involucrarnos en un compartir la vida que no admite delegaciones”.
 
“Los pobres –agregó el Papa- no son personas ‘externas’ a la comunidad, sino hermanos y hermanas con los cuales compartir el sufrimiento para aliviar su malestar y marginación, para devolverles la dignidad perdida y asegurarles la necesaria inclusión social”.
 
  • Limosna no es compartir.

El Papa Francisco también destacó la importancia de no solo asistir a los pobres.

“Una obra de beneficencia presupone un benefactor y un beneficiado, mientras que el compartir genera fraternidad. La limosna es ocasional, mientras que el compartir es duradero. La primera corre el riesgo de gratificar a quien la realiza y humillar a quien la recibe; el segundo refuerza la solidaridad y sienta las bases necesarias para alcanzar la justicia”.
 
“En definitiva, los creyentes, cuando quieren ver y palpar a Jesús en persona, saben a dónde dirigirse, los pobres son sacramento de Cristo, representan su persona y remiten a él”.
 
  • La pobreza de la pandemia.
 
El Santo Padre recordó que, el año pasado, la pandemia se agregó como otra plaga que azota a los más pobres del mundo.
 
“Esta sigue tocando a las puertas de millones de personas y, cuando no trae consigo el sufrimiento y la muerte, es de todas maneras portadora de pobreza. Los pobres han aumentado desproporcionadamente y, por desgracia, seguirán aumentando en los próximos meses”.
 
“Algunos países, a causa de la pandemia, están sufriendo gravísimas consecuencias, de modo que las personas más vulnerables están privadas de los bienes de primera necesidad”.
 
Ante esto, dijo, es urgente dar respuestas concretas a quienes padecen el desempleo, que golpea dramáticamente a muchos padres de familia, mujeres y jóvenes.
 
  • Un enfoque diferente.
Por último, el Papa Francisco aseguró que es necesario abordar los diferentes tipos de pobreza desde un enfoque diferente, pues debemos reconocer que en el combate a la pobreza “a menudo somos incompetentes”.
 
“Es un reto que los gobiernos y las instituciones mundiales deben afrontar con un modelo social previsor, capaz de responder a las nuevas formas de pobreza que afectan al mundo y que marcarán las próximas décadas de forma decisiva”.
 
“Se habla de ellos en abstracto, nos detenemos en las estadísticas y se piensa en provocar conmoción con algún documental. La pobreza, por el contrario, debería suscitar una planificación creativa, que permita aumentar la libertad efectiva para poder realizar la existencia con las capacidades propias de cada persona. Pensar que la libertad se concede e incrementa por la posesión de dinero es una ilusión de la que hay que alejarse”.
 

El Papa Francisco hizo votos porque la nueva Jornada Mundial de los Pobres arraigue cada vez más en nuestras Iglesias locales y se abra a un movimiento de evangelización que en primera instancia salga al encuentro de los más necesitados.

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