La Divina Misericordia
Solemnidad 27 de abril
La Divina Misericordia
Origen del Domingo de la Divina Misericordia, la Imagen y la Coronilla
La necesidad que tiene la humanidad para el mensaje de la Misericordia divina cobró gran urgencia en el siglo XX, cuando la civilización empezó para experimentar el “eclipse del sentido de Dios” y, por tanto comenzó a perder el entendimiento de la santidad y dignidad inherente de la vida humana. En la década de 1930, Jesús escogió una humilde monja polaca, Sta. María Faustina Kowalska, para que recibiera revelaciones privadas sobre la Misericordia divina que constató en su Diario. San Juan Pablo II explica:
“Precisamente el tiempo en que surgieron y se desarrollaron esas ideologías del mal como el nazismo y el comunismo. Sor Faustina se convirtió en pregonera del mensaje, según el cual la única verdad capaz de contrarrestar el mal de estas ideologías es que Dios es Misericordia, la verdad del Cristo misericordioso. Por eso, al ser llamado a la Sede de Pedro, sentí la necesidad imperiosa de transmitir las experiencias vividas en mi país natal, pero que son ya acervo de la Iglesia universal”.
—San Juan Pablo II, Memoria e identidad (2005).
Domingo de la Misericordia Divina: El Diario de Sta. Faustina registra 14 ocasiones cuando Jesús le pidió que se observara la Fiesta de la Misericordia (Domingo de la Misericordia Divina), por ejemplo:
“Hija Mía, habla al mundo entero de Mi inconcebible misericordia. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y protección para todas las almas, especialmente para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mí misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mí misericordia El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ningún alma tema acercarse a Mí. … Deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de la Pascua La humanidad no conocerá la paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mí misericordia”.
—Diario, 699.

El 5 de mayo de 2000, cinco días después de la canonización de Sta. Faustina, el Vaticano decretó que el Segundo Domingo de Pascua desde ese momento sería conocido como el Domingo de la Misericordia Divina.
La imagen: Jesús se apareció a Sta. Faustina en una visión, con la mano derecha levantada en bendición y la izquierda tocando su vestidura encima del corazón. Rayos blancos y rojos emanan del corazón, símbolos del agua y la sangre que fueron derramados por nuestras salvación y santificación. El Señor pidió que debajo de la imagen se inscribiera la frase «Jesús en ti confío». Jesús pidió que se pintara su imagen y se venerara en todo el mundo: «Prometo que el alma que venera esta imagen no perecerá» (Diario, 48) y «Por medio de esta imagen concederé muchas gracias a las almas» (Diario, 742).
La Coronilla de la Divina Misericordia: Sta. Faustina también recibió la Coronilla con esta promesa: Diario, 1541). Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mí misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca mi misericordia infinita” (Diario, 687).
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Coronilla de la Divina Misericordia
Para recitar la Coronilla de la Divina Misericordia se usa un rosario normal y se sigue esta secuencia:
1. La señal de la Cruz: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
2. Padre Nuestro
3. Ave María
4. Credo (Símbolo de los Apóstoles)
5. En cada grano mayor del Rosario, cuando normalmente se dice el Padre Nuestro, diga: Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
6. En cada grano menor del Rosario, cuando normalmente se dice el Ave María, diga:
Por Su dolorosa Pasión, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
7. Invocación: Al final de la corona, la siguiente oración se reza tres veces seguidas:
Santo Dios, Santo Fuerte,Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
8. Oración para concluir (opcional)
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos. Amén.

