La puerta al cielo

El Santo Rosario

La Puerta al Cielo

El Rosario «es una conversación con María que, igualmente,
nos conduce a la intimidad con su Hijo».
La vida de Jesús, por medio de la Virgen, se hace también vida
en nosotros, y aprendemos a amar a nuestra Madre del Cielo.
Todos podemos y debemos rezar diariamente el Santo Rosario,
su rezo nos acerca a Dios. El Rosario nos relata la vida
de nuestro Señor Jesucristo y de su Madre Santísima la Virgen María.

Misterios del Santo Rosario
El Rosario está compuesto por veinte “misterios” (acontecimientos, momentos significativos) de la vida de Jesús y de María, divididos en cuatro “rosarios”.
El Rosario comprende los
Misterios Gozosos (lunes y sábado),
Misterios Luminosos (jueves),
Misterios Dolorosos (martes y viernes) y
Misterios Gloriosos (miércoles y domingo).

Inicio del Santo Rosario
1 Padrenuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Rezar 10 Avemarías
Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
1 Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Jaculatorias al final de cada misterio
María es Madre de gracia
y Madre de misericordia.
En la vida y en la muerte, ampáranos Madre nuestra. Amén. Oh, Jesús Mío, perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu infinita misericordia. Amén.

Letanías a la Virgen (verlas en www.lavozdemaria.ec Jaculatorias al final de las Letanías
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Una Salve a la Virgen
Dios te salve, Reina y Madre, Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve, a Ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Por las intenciones del Santo Padre
1 Padrenuestro, 1 Avemaría y un Gloria.

Oración
Te pedimos, Señor, nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes y gocemos de la eterna alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jaculatoria final
Ave María Purísima,
¡Sin pecado concebida!

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