El Niño Mártir del Siglo IV

Dr. José Gómez

Llegó a Quito el 11 de octubre de 1871

San Urcisino y su legado en la Catedral de Quito

El Niño Mártir del Siglo IV

La historia de la fe cristiana está repleta de figuras veneradas por su valentía y devoción, y entre ellas, se encuentra San Urcisino, un niño mártir del siglo IV, cuya vida y sacrificio siguen siendo fuente de inspiración para los fieles de todo el mundo. Su historia es especialmente significativa en la ciudad de Quito, donde su cuerpo incorrupto descansa en la catedral, un regalo del Papa Pío IX en reconocimiento al presidente Dr. Gabriel García Moreno, por su valiente defensa de los Estados Pontificios frente a la invasión de Garibaldi.
San Urcisino nació en una época tumultuosa en la historiadel cristianismo, durante el siglo III. Aunque los detalles de su nacimiento y vida temprana son escasos, su historia se entrelaza con la persecución de los cristianos bajo el emperador Diocleciano en el año 303.
San Urcisino desde una edad temprana, demostró un profundo amor por la fe cristiana y una devoción inquebrantable hacia la Eucaristía. Fue ordenado como acólito y se encargó de llevar la comunión a los enfermos y necesitados de su comunidad.
San Urcisino, conocido por su servicio a la Iglesia, fue arrestado por las autoridades romanas. Durante su detención, se le ordenó renunciar a su fe cristiana, pero él se negó rotundamente.
El momento más impactante de su martirio ocurrió cuando, en un acto de valentía y amor por la Eucaristía, San Urcisino ingirió las hostias consagradas que llevaba consigo, en lugar de permitir que fueran profanadas por sus captores.
Esta acción conmovedora subraya su profundo respeto por el sacramento y su disposición a dar la vida antes que permitir una profanación.

San Urcisino fue degollado en un intento de retirar las sagradas especies de su garganta. Su muerte, ocurrida alrededor del año 355 d.C., fue un testimonio valiente de su compromiso con Cristo y su amor por la Eucaristía.
El cuerpo de San Urcisino, a pesar de los siglos transcurridos desde su martirio, se encuentra incorrupto y en perfecto estado en la Catedral de Quito, Ecuador. Este sorprendente fenómeno ha sido objeto de veneración y asombro por parte de fieles y visitantes de todo el mundo.
El Papa Pío IX, en un gesto de reconocimiento hacia el presidente Dr. Gabriel García Moreno, quien fue el único presidente del mundo en protestar y enviar tropas para defender los Estados Pontificios de la invasión de Garibaldi en 1867, otorgó el cuerpo de San Urcisino como un regalo para la catedral de Quito y para la República del Ecuador.
Este acto de generosidad subrayó la importancia histórica de la defensa de la Iglesia y el papel fundamental de García Moreno en su protección.
Este santo cuerpo, venido de Roma, a las diez de la mañana del 11 de octubre de 1871 fue recibido en Quito, en procesión solemne desde la iglesia de Santo Domingo a la Catedral, donde el obispo Mons. Ignacio Checa oficia de pontifical, con asistencia del presidente de la República, Dr. Gabriel García Moreno, y subiendo a la cátedra sagrada, el entonces canónigo de la arquidiócesis quiteña, Dr. Pedro González Calixto.
¡Misterios insondables del amor divino! El santo cuerpo del niño mártir concedió a los tres principales personajes que intervinieron en su recepción, la aureola de padecer por Cristo. García Moreno cae bajo el machete de Rayo y cómplices, y muere junto al cuerpo de Urcisino. Checa, es envenenado en el cáliz el Viernes Santo, en la misma iglesia catedral, en donde reposa el cuerpo del santo mártir; y González Calisto, el gran propagador de la devoción al Corazón de Jesús, como jefe de la arquidiócesis quiteña fue injuriado y garroteado por los secuaces de Eloy Alfaro, a causa de su intrepidez en defensa de la Fe. El amor a Dios, a un catolicismo integral, sin componendas, coloca a los tres célebres personajes en el camino del martirio.
La devoción a San Urcisino es una expresión tangible de la fe cristiana y el respeto por los mártires que han dado sus vidas por Nuestro Señor Jesucristo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Realiza tu donación aquí

Tu Aportación es Importante

Por María y la evangelización

Abramos nuestro corazón