San Mateo apóstol – Fiesta 21 de septiembre

José-Román<br> Flecha Andrés

José-Román
Flecha Andrés

Fiesta 21 de septiembre

Foto: radiomaria.org.ar
San Mateo apóstol

Él se levantó y lo siguió

Según el evangelio, es uno de los doce apóstoles de Jesús y el autor del evangelio según San Mateo. En ese evangelio es llamado el “publicano” y descrito como quien cobraba los impuestos antes de la llamada de Jesús.

Apóstol y evangelista
El relato evangélico es parco en palabras. Nos refiere solamente que Jesús se acercó al lugar donde estaba Mateo y le dirigió una escueta invitación: “Sígueme” (Mt 9, 9).
Es esa una palabra profundamente significativa. El maestro va buscando seguidores. El verbo “seguir” encierra, como se sabe, un resumen de todas las actitudes que se requieren del discípulo del Maestro.
El texto de la homilía de San Beda el Venerable, vincula la vocación de Mateo a la mirada de amor que Jesús le dirigió: “Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos y le dijo: ‘Sígueme’.

Lo vio más con la mirada interna de su amor que con los ojos corporales. Jesús vio al publicano y, porque lo amó, lo eligió, y le dijo: ‘Sígueme, Sígueme’, que quiere decir: ‘Imítame’. Le dijo: Sígueme, más que con sus pasos, con su modo de obrar. Porque, quien dice que permanece en Cristo “debe vivir como vivió Él”.
“Sígueme”. Más que una invitación parece una orden terminante y decidida. En ninguna parte se nos dice si Jesús conocía previamente al cobrador de tributos. Pero si se nos dice que él aceptó inmediatamente la invitación del Maestro: “Él se levantó y lo siguió”. Lo escueto del texto que narra esa decisión con la que Mateo decide seguir a Jesús puede sugerir dos posibilidades. O bien que Mateo había ya oído hablar de la grandeza del profeta de Galilea y de la majestad de su mensaje, o bien que la presencia del mismo Jesús resultó para él un motivo suficiente para dejarlo todo y seguirlo.
Sea como sea, tenemos ante los ojos uno de esos momentos en los que la llamada de la trascendencia se cruza con las mil preocupaciones inmediatas de la inmanencia. Lo divino irrumpe en el panorama de lo humano. El hombre- Dios viene a cambiar los planes que los humanos se habían forjado. Ante la voz que llama, los antiguos proyectos pierden prestancia y valía. La llamada al seguimiento relativiza todas las decisiones anteriores.
Como ocurrido anteriormente con Pedro y Andrés, con Santiago y Juan, también de Mateo se subraya que abandona todas las cosas para seguir al Maestro que le invita. La rapidez en la respuesta a la llamada, la generosidad en el seguimiento y la libertad con la que el valor encontrado relativiza los valores antes poseídos parecen convertirse en puntos fundamentales en la dinámica del discipulado.
En realidad, los discípulos primeros de Jesús, no siguen una filosofía sino a una persona. No se enamoran de una idea, siguen a un profeta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Realiza tu donación aquí

Tu Aportación es Importante

Por María y la evangelización

Abramos nuestro corazón